domingo, 19 de noviembre de 2017

Somos un escrito

El destino, la suerte, el dolor, el camino. Tal vez todo está decidido, o tal vez nada lo está. Las personas se aferran a una de las dos opciones, queriendo construir su propio futuro o dejándose llevar creyendo en un destino. Yo soy de las primeras, buscando mi propio camino en el mundo, buscándome a mí  misma en una marea de gente confusa que finge no estarlo. Nunca sabes si lo estas haciendo bien o no, pero cuando cometes un error solo debes dar marcha atrás y arreglarlo.

Nuestra vida se escribe con bolígrafo, algunos sobre un bonito papel con líneas pulcramente rectas y otros sobre un papel arrugado con caligrafía y líneas tan torcidas que no eres capaz de ver algunos errores. Sin embargo todos tenemos una falta alguna vez, provocada por descuidos ocasionales o a veces incluso escrito mal aposta. Es entonces, cuando nos equivocamos, que debemos buscar el error y, si no esta muy atrás, escribir algo nuevo para arreglarlo. El tachón quedará ahí, claro, pero con él también un sentimiento de alivio.

En otras ocasiones lo más fácil dejarse llevar, dejar que tu mano escriba pensando que alguien la está dirigiendo y, a veces, eso está sucediendo, otras personas dirigen lentamente tu vida, con pequeñas decisiones, haciendo escribir una palabra aquí y otra allá. Sin embargo eso no siempre es malo, todo el mundo necesita un pequeño empujón a veces, alguien que nos diga que hacer, alguien que enderece nuestra letra y nos ayude con la ortografía.

Por otro lado, llegan personas caóticas a tu vida, haciéndote plantearte si hasta ahora tu escrito esta bien, haciendo que reencamines tu escrito hacia ellas, que des vueltas sobre un mismo tema y comiences a perder el ritmo de tu propia letra. Pero eso no siempre importa, de hecho con frecuencia es lo que buscamos: alguien que ponga nuestro mundo del revés, que nos haga sentir algo que nunca habíamos sentido. Y aunque no salga bien, siempre será una experiencia plasmada sobre el papel, una experiencia que no debe olvidarse a pesar del daño y de las confusas emociones.

Pero no solo esto nos influye, hay más elementos, por ejemplo cuando leemos. Cuando tienes un libro entre tus manos y comienzas a leerlo aparecen pensamientos, sentimientos, nuevas formas de ver el mundo, cambia tu letra, tus líneas o incluso tus márgenes. Es por esto que amo leer, porque a cada aventura algo nuevo se instala en tu ser y aunque no sepas distinguir qué eres capaz de sentirlo ahí, modificando lentamente algunas cosas, haciéndote reír, llorar, tener miedo, enfadarte, toda clase de emociones que dejan alguna marca en tu interior. Porque amigo, si un libro no te ha marcado o no era un buen libro o no sabes leerlo.

-Izz




No hay comentarios:

Publicar un comentario